RADIO TIZAS REBELDES Escribiendo nuestra Historia en el aire

Free live streaming by UstreamPara sintonizar, cliqueá en el cuadradito interior de la ventana o sino en este enlace

sábado, 7 de marzo de 2009

Soy docente y la huelga ya no es una herramienta válida

Soy docente en Paraná, capital de la Provincia de Entre Ríos, por vocación y así me defino. No me dedico a enseñar porque me de poder, prestigio, fama y, como sabrán, mucho menos por dinero.
Lo único que pretendo de esta carta abierta a mis compatriotas, hermanos (porque compartimos la madre tierra que nos vio nacer) entiendan cuál es mi punto de vista y me ayuden a encontrar una alternativa a las huelgas que ya nos cansaron a todos.
Me considero un empleado estatal, que se entienda: del Estado y no de un partido político.
Es por eso que cuando reclamo por la dignidad de mi trabajo y salario quito toda bandería política partidaria de mi planteo.
Pero mi empleador:
1) Incumple la ley y no se da por enterado.
2) Entiende que el sólo hecho de estar en un edificio al que llama “escuela”, garantiza la educación.
3) Afirman que los índices de repitencia y deserción escolar son indicadores absolutos del estado del sistema educativo.
4) Cree que porque puede comprar propaganda puede quitarle legitimidad al reclamo docente.
5) No ve (o no quiere ver) la entrega que los docentes (en su mayoría) hace en pos de realizar su labor cotidiana.

Hay unos cuantos puntos más para plantear, pero, como comienzo, los mencionados son suficientes.

1) Incumple la Ley y no se da por enterado:
El mensaje sobre el “blanqueo” de los trabajadores es repetitivo en algunas campañas que realiza el gobierno en cuanto al trabajo registrado. Demás está aclarar los beneficios en cuanto a la seguridad social porque se sostiene con los aportes de los salarios pagados.
Ahora bien, si el pago de una suma no realiza aportes jubilatorios y a la obra social (por lo menos), es tan perjudicial como el trabajo en “negro” (por lo menos, en ese sentido).
Demás está decir, el carácter inmoral que revisten los llamados “códigos” no remunerativos ni bonificables y… gran parte de mi sueldo se conforma por este tipo de pagos.

2) Entiende que estar en la escuela garantiza la educación:
Con el famoso y repetido discurso de los 180 días de clase envían el mensaje que el estar y permanecer en la escuela es garantía de aprendizaje. Evidentemente hay un concepto erróneo en cuanto al enseñar y aprender. Pero esta discusión, la quiero llevar a términos de realidades y no pedagógicas, porque de eso ya se ha hablado bastante.
¿Cómo puede aprender un adolescente que llega a la escuela con hambre y tiene que alimentarse en el comedor con una partida para su ración que es realmente miserable? ¿Cómo puedo igualar las condiciones de mis alumnos que no tienen acceso a Internet, bibliografía, material de estudio, un lugar donde estudiar y con montones de otras limitaciones que serían demasiadas para enumerar? ¿Con qué tranquilidad un padre puede enviar a sus hijos a una escuela donde se caen los techos, las instalaciones eléctricas no son seguras, y la integridad física corre riesgo? Yo trabajo en una escuela que se terminó de construir en septiembre del 2008 y se entregó como “terminada”. Estamos en marzo de 2009 y el gimnasio cerrado no se puede utilizar porque el techo se cayó y lo están arreglando.
Que mis guríses aprendan no depende solamente de la cantidad de días de clases que tengan (aunque es uno de los factores que influyen). Todo adulto ha de recordar que para aprender, había que estudiar y eso tampoco sucede hoy (en muchos casos).

3) Afirman que los índices de repitencia y deserción escolar son indicadores absolutos del estado del sistema educativo:
A nadie escapa la vergüenza de los índices inflacionarios publicados por el INDEC, pero los menciono como un ejemplo de cómo se pueden “manejar” estos números. Bien podría un docente, no enseñar nada y aprobar a todos sus alumnos y el indicador mostraría que la repitencia es igual a cero, por lo que en la forma de análisis que se plantea desde el gobierno, sería un resultado de altísima eficiencia en cuanto a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El éxito del indicador es absoluto: lo que el docente “enseñó” fue asimilado por el 100% de sus estudiantes (es un resultado maravilloso).
Ahora, planteada esta situación… ¿fue un éxito? Indudablemente que no.
¡Cuidado con los índices que se nos presentan y cómo se exponen!

4) Cree que porque puede comprar propaganda puede quitarle legitimidad al reclamo docente:
La legitimidad de un reclamo se basa en la dignidad con que se plantea, y hoy me encuentro con una batería de publicidades oficiales y mercenarios de la “información” que tratan de deslegitimar el reclamo docente.
“Todos estamos mal y los únicos que reclaman son los docentes”. Esta frase se repite hasta el cansancio…
¿Será que hemos naturalizado tanto la pobreza y la explotación que no tenemos derecho a reclamar?
¿Será que mientras la dirigencia política acumula fortunas, nosotros (el pueblo entero) tenemos que seguir padeciendo necesidades? ¿Aceptarlo mansamente?
¿Será que el mensaje no ha sido claro por nuestra parte y que no entendieron que reclamamos por todos?
¿Será que no entendimos que sin una verdadera educación vamos a vivir sometidos a los caprichos de una dirigencia sorda que lo único que ve son sus propias necesidades?
¿A qué se debe el hecho que se nos enfrente tan abierta e inútilmente con la sociedad?

5) No ve (o no quiere ver) la entrega que los docentes (en su mayoría) hace en pos de realizar su labor cotidiana:
Entiendo que éstos son tiempos de sacrificios para todos, pero el sacrifico debe ser conjunto.
De ninguna manera es ético o moral que la “carrera política” asegure un muy buen pasar mientras el resto de los “ciudadanos de segunda” tenemos que sacrificarnos para poder subsistir (ya no menciono la necesidad de una vida digna, hablo de subsistencia).
No voy a discutir el tema de los 3 meses de vacaciones en verano y los 15 días de invierno (aunque tampoco es exacta esta afirmación).
Digo… si un empleado trabaja fuera de su horario laboral… ¿no le corresponde el pago de horas extra?
¿Cuándo se ha escuchado a un docente reclamar el pago de esa extensión de jornada que significan las planificaciones, las participaciones con alumnos en concursos, competencias, ferias de ciencia, corrección de exámenes, desarrollo de proyectos (entre tantas actividades que se podrían mencionar) y todas se desarrollan fuera del horario laboral “normal”?

Esta breve explicación de mi punto de vista (hay mucho más para desarrollar) es para pedir una sugerencia de qué es lo que la docencia debería hacer con respecto al conflicto del Gobierno con la Sociedad (el mal llamado “Conflicto Docente”)
En realidad, yo quisiera que los padres estuvieran reclamando por la calidad de la educación de sus hijos, que lleven adelante el reclamo total de las necesidades de sus hijos para poder educarse y tener una real igualdad de oportunidades, mientras yo puedo seguir enseñando en el aula.
Les solicito, por último, que compartan estas líneas ya que, muchas veces, las voces de la gente común no se oyen ni se difunde.
Espero sugerencias sobre cómo reclamar porque, sinceramente, hoy no se me ocurre ninguna.

JOSÉ CARLOS ALMADA
DNI 16.608.528
DOCENTE
jose_carlos_almada@yahoo.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario