RADIO TIZAS REBELDES Escribiendo nuestra Historia en el aire

Free live streaming by UstreamPara sintonizar, cliqueá en el cuadradito interior de la ventana o sino en este enlace

martes, 17 de marzo de 2009

Una experiencia para compartir: Relato “CORTE EN CHICHINALES”


Deseo compartir con ustedes algunas cosas que me llamaron poderosamente la atención y que quizás sirvan para movilizar la apatía y desmovilización con la que algunos encaran la lucha; a partir de la experiencia vivida en Río Negro y Neuquén sobre el modo con que nuestros compañeros docentes, junto con la comunidad, llevan a cabo su lucha por una justa reivindicación salarial.
Las palabras de Zitarrosa sirven para ilustrar mis impresiones: “Hago falta, yo siento que hago falta”. Parecería que esa fuera la consigna allá en Chichinales donde era conmovedor ver el grado de entusiasmo con que cada uno de los compañeros se entregaba en cada jornada de la lucha.
El corte en Chichinales era comparable con la mejor escenografía de Hollywood. Una extensión de alrededor de 800 metros en la ruta del MERCOSUR, paso fronterizo hacia Chile, dejaba ver entre 700 y 800 maestros, que, con un alto grado de organización, mostraban qué tan lejos han tenido que ir a parar de sus prácticas pedagógicas ante la desidia de un gobierno autista como el nuestro.
La primer avanzada lo constituye una barricada construida con troncos de unos cuarenta centímetros de diámetro, cientos de gomas y chatarras de vehículos, que son movilizados en forma permanente por los docentes, como hormigas, despejando y nuevamente impidiendo el paso. En principio comenzaron cada dos horas pero con el correr de los días, más precisamente el día de nuestro acompañamiento, se hacía cada seis horas.
El segundo grupo lo constituían, en ambos extremos del corte, batucadas, cuya riqueza rítmica era contagiosa. Lo describiría como el corazón viviente de la movilización.
Durante toda la tarde que estuvimos compartiendo junto a Olga Hollmann, me sor-prendió observar que las batucadas mayormente estaban integradas por maestras, que tocaron mas de cinco horas sin parar bailando al ritmo de los tambores.
Luego seguían las carpas móviles de soporte, construidas con parantes de cachete de eucaliptos media sombra y tirantes de sogas atadas a piedras, lo cual hacía que pudieran trasportar toda la estructura en grupo para correrla de la ruta.
En ese espacio descansaban en reposeras grupos de alrededor de treinta o cuarenta docentes que reemplazaban a los de la primer avanzada, y se preparaba en una gran olla el agua para los equipos de mate.
Sobre la banquina cuatro o cinco carpas estructurales concentraban la logística, bolsas de galleta, bolsas con papas, cebollas, zanahorias, conservadoras, tablones, faroles, botiquín, frazadas, cajones de madera de un metro cuadrado llenos de manzanas y peras donados por los productores.
Ubicada al centro, una carpa algo más grande concentraba la dirigencia gremial, donde se hacían las declaraciones, había un gran equipo de amplificación, una computadora portátil, folletos, afiches, etc. En este espacio, al llegar la nochecita, se realizaban las asambleas con la presencia de todos.
La organización de los compañeros fue una de nuestras grandes sorpresas, nos expresaron que fueron aprendiendo a realizarla sobre la marcha.
Chalecos azules para los secretarios departamentales y miembros de conducción; Chalecos rojos para los encargados de organizar la apertura y despeje del corte y posterior cierre; chalecos amarillos para los encargados de hablar con los camioneros y explicarles el porque del corte, el tiempo que iban a estar parados. A todos se los invitaba a tomar mate, a sumarse, a compartir, etc.
Cuando en uno de los extremos había algún conflicto ocasionado por alguien que quería pasar igual, se levantaba una gran bandera amarilla y automáticamente todas las 700 u 800 personas dejaban lo que estaban haciendo y se concentraban caminando rápidamente hacia el epicentro del conflicto.

Durante la mañana estuvimos en Neuquén en una movilización céntrica frente a tribunales por el caso Fuentealba, de la que participaron alrededor de 300 compañeros.
Luego, todos en autos particulares, nos dirigimos a un paso de peaje en la ruta Centenario donde se concentraron alrededor de 200 compañeros de los cuales 100 eran los mismos que vimos en el centro y otros que ya se encontraban desde temprano allí. A esto se sumó una delegación de los obreros de ZANÓN junto a su secretario general. Este relató que la situación en la fábrica se está aguantando, que trabajan a costo dado que han disminuido notablemente las ventas.
Había también otras organizaciones acompañando.
Por la tarde nos trasladamos más de ciento cincuenta kilómetros en una caravana de autos y pequeños bus hasta la pequeña población llamada Chichinales (provincia de Río Negro). El nombre responde a un vocablo mapuche que significa lo que en Entre Ríos llamamos “chircas”.

A esta jornada acudimos compañeros de distintas partes del país que reclamamos la necesidad de nacionalizar el conflicto. Luego de la jornada compartida participamos de un acto donde se leyó el documento redactado a la tarde (que ya hemos enviado a las seccionales) y AGMER hizo llegar, en voz de Olga Hollmann, la solidaridad en la lucha de los docentes entrerrianos.

Un abrazo militante, Sergio Puzio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario